Rodar, rodar y rodar. Desde la otra habitación se escuchan las risas, atenuadas por un rayo que me llega desde el sol. No me creas nada, tampoco me creas algo. Todo lo que creía tener está en tus manos. Mirándote con absoluto vacío.
Hoy produzco sombra y me alimento de las sombras. Pero no es eso lo que me alimenta ni soy yo. Es ese flujo el que nos está siendo.

Comentarios

Amelia Apel dijo…
deci que hicimos clarisima opacidad, y absoluto vacio... si no no tendriamos zarpadamente tranquilo y, ahi sí... mundo de medio pelo que tendríamos

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