EL ORÁCULO



No hay que buscar un significado oculto en esa palabra ni fragmentarla para encontrar dobles sentidos.
Durante un lapso de tiempo estuvimos creando un ovillo en el centro de la habitación. Lo alimentamos entre todos. Crecía mucho ocupando un lugar semejante entre los hilos del pensamiento. Un hilo amarillo, otro blanco, otro rojo y otro verde. Lo bautizamos Burbuja.
Autónomamente desarrolló capacidades caleidoscópicas, cómicas, cósmicas, comidas.
Primero fueron las revelaciones y las postdicciones. Atravesó escherianamente los charcos y las escaleras. Creció el pasto en todo alrededor, de un nuevísimo color sin nombre.
Revelar, curar, pisar el suelo, lastimarse y luego volar, escatimar elementos de aquel globo de lana. Ser felinos a través del ovillo-portal. ¿En qué situación se desenvolverá el ovillo? Esa es la respuesta.

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